Un año mas, el otoño ha llegado, pero esta vez no me puede conmigo.
Desde hace años (muchos ya) esta época del año me ponía triste y pasaba horas pensativa mientras anochecía.
Este año es diferente. ¡He superado tantas cosas!
No me apetece escuchar música triste, por el contrario me he reconciliado con mi infancia y aquí estoy, escuchando viejos discos de Manolo García y El último de la fila. Me saben a viajes de vuelta a Rute después de un fin de semana con mi familia en "el Huerto", cuando el largo día de sol se volvía fresco y se colaba por las ventanillas bajadas de mi viejo coche.
Tan enfadada estaba con mi pasado, tan envuelta en viejas rencillas, que no recordaba estos momentos.
Menos mal que los recuerdos están ahí. Sólo hace falta regarlos de vez en cuando para que te devuelvan ese olor a nostalgia y vieja felicidad.
cuánta razón tienes, niña...parece q el hecho de q seas tan guapa no va a ser motivo para suficiente para q seas boba (es coñaaaa)
ResponderEliminarcierto, con la llegada del otoño, la melancolía ataca, incluso a los q nos las damos de poco melancólicos..
me gusta leer q este otoño lo estás llevando de forma diferente...ánimo, hay cosas bonitas aunq a veces cueste un poco verlas